Tijuana, 30 de septiembre de 2025
Un poderoso mural ha sido plasmado en la colonia Valle Verde de Tijuana, inmortalizando los rostros de Silvia López, de 5 años, y su abuela, Silvia Yáñez, de 67, quienes fallecieron el pasado 12 de agosto tras ser atropelladas por una mujer en estado de ebriedad. La obra, que lleva la frase “Manejar ebrio no es un accidente, es una decisión”, se ha convertido en un «grito social» de la familia de las víctimas para exigir justicia vial y una respuesta de las autoridades ante la impunidad.

El mural, ubicado estratégicamente entre la calle Entusiasmo y la Calzada Soldado José A. Caballero, fue realizado por el artista urbano Eduardo Gómez, conocido como «Serie» o «Chile Rage». Según el artista, esta obra es parte de una serie de tres murales que buscan generar conciencia social sobre las consecuencias de conducir bajo los efectos del alcohol. La elección de la frase en el mural es intencional, buscando confrontar la normalización del manejo en estado de ebriedad en la ciudad.
Juan Carlos López, padre de la menor e hijo de la señora Silvia, ha señalado que la familia busca que el crimen sea catalogado como dolo eventual, en lugar de homicidio culposo, una clasificación que consideran más justa y que reconoce la responsabilidad de la conductora. El señor López mencionó que la reclasificación representa «más trabajo para todos: para el MP, para los jueces, para todo el mundo», pero que es la única forma de conseguir una justicia real.

La lucha de la familia López-Yáñez no es aislada. Se han unido con otras familias víctimas de atropellamientos por conductores en estado de ebriedad, como la de la señora Dolores Hernández, fallecida en 2024, y Ricardo Villa, atropellado en la Avenida Revolución, cuyos presuntos responsables se encuentran prófugos. La familia ha criticado la tibieza de las autoridades, recordando la indignante frase de la abogada de la parte acusada en una audiencia: “Bueno, la niña ya falleció. Aquí tengo el acta de defunción, entonces ya no representa un peligro para nadie”.
La presión social ejercida por la familia, que incluye la colocación de murales en la zona donde vive la presunta culpable, es una estrategia para evitar que el caso caiga en el olvido. La familia exige a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda que se pronuncie sobre el caso y que se tomen medidas para proteger a los ciudadanos de la violencia vial.


