ROMA, 12 DE MAYO DEL 2025.

A solo dos días de su elección como nuevo líder de la Iglesia Católica, el papa León XIV visitó la tumba de su predecesor, el papa Francisco, en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. En un ambiente de recogimiento, el primer pontífice estadounidense se arrodilló ante la tumba y oró en silencio, mientras fieles lo aclamaban al ritmo del himno pontificio.

Papa León visita la tumba del Papa Francisco.

Este templo mariano fue un lugar muy frecuentado por el papa Francisco, especialmente antes y después de sus viajes apostólicos, debido a su fuerte devoción por la Virgen María, Salus Populi Romani. La elección de este lugar no fue casual: representa un lazo directo con la espiritualidad del pontificado anterior.

Un encuentro personal en Genazzano

Más tarde, León XIV sorprendió con una visita no anunciada al santuario de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, donde fue recibido con aplausos por cientos de fieles. Allí rezó ante la imagen venerada de la Virgen, compartió oraciones con los presentes y recordó su propio camino vocacional, que lo llevó a ofrecer su vida a la Iglesia años atrás.

La conexión con este santuario también evoca a León XIII, lo que refuerza la carga simbólica del momento. El Papa expresó su esperanza de conducir su pontificado bajo la guía de la Madre del Buen Consejo, pidiendo luz y sabiduría para los años venideros.

Una primera salida que dice mucho sin palabras

Sin grandes discursos ni actos oficiales, León XIV ha marcado el inicio de su pontificado con una doble señal clara: la oración silenciosa y la continuidad con los valores de su antecesor. En tiempos de expectativa global por sus primeras decisiones, esta salida íntima revela la prioridad espiritual de su liderazgo.

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