MÉXICO, 13 DE NOVIEMBRE DEL 2025
Durante su visita a México con motivo de su investidura en el Salón de la Fama del Fútbol 2025, el exarquero Iker Casillas vivió un momento tenso al perder la paciencia con un grupo de aficionados que lo abordaron para pedir autógrafos. La situación ocurrió en la ciudad de Pachuca, donde varios seguidores insistían repetidamente y empujaban para acercarse al ídolo español.

El excapitán del Selección Española de Fútbol respondió con firmeza: “Si van a ponerse así, me voy… sí te voy a firmar, no me voy a ir” y añadió a un aficionado concreto “no hace falta que me lo digas siete veces”. Ante la insistencia del grupo, Casillas se vio obligado a pedir calma al personal de seguridad y al público, destacando que aceptaba firmar autógrafos, pero que la situación tenía que mantenerse en orden.
Pese al incidente, el exguardameta finalmente firmó varias autografías antes de retirarse del lugar en un vehículo particular, evitando que la tensión escalara. Horas después del altercado, Casillas ofreció declaraciones positivas hacia México, diciendo que siempre lo trata con “mucho cariño, con mucho respeto y mucha admiración”, lo que matiza el episodio sin que el vínculo con el país se rompa.
El suceso pone en evidencia la delgada línea que existe entre el fervor de los aficionados y el espacio personal de las figuras públicas, y cómo un gesto repetitivo puede cambiar la dinámica de admiración a tensión.
