WASHINGTON D.C., 29 DE ENERO DEL 2025.
Un trágico accidente aéreo ocurrió este miércoles en las inmediaciones del río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Reagan, cuando un avión de pasajeros y un helicóptero militar colisionaron en pleno vuelo, resultando en la muerte de 67 personas. El siniestro involucró al vuelo American Eagle 5342, operado por PSA Airlines, subsidiaria de American Airlines, y un helicóptero militar Black Hawk, que realizaba maniobras de entrenamiento.
El avión siniestrado, un Bombardier CRJ-700, despegó de Wichita (Kansas) con destino a Washington, llevando a bordo 60 pasajeros y 4 tripulantes. El accidente ocurrió alrededor de las 20:48 hora local, cuando el avión se encontraba en la fase de aproximación al aeropuerto Ronald Reagan. En ese momento, el helicóptero Sikorsky H-60, un Black Hawk de la Fuerza Aérea, realizaba maniobras cerca del río, zigzagueando y cambiando de dirección antes del impacto.
El choque fue devastador: ambos aparatos explotaron en el aire, iluminando el cielo de la capital de Estados Unidos. Las autoridades confirmaron que no hubo supervivientes. Los equipos de rescate recuperaron 28 cuerpos del avión y uno del helicóptero, mientras los restos de ambos se hundían en las aguas gélidas del Potomac.
Las primeras investigaciones apuntan a que el tráfico aéreo era denso en la zona, combinado con posibles fallos en las comunicaciones entre los controladores y las aeronaves, pudo haber contribuido a la tragedia. En las grabaciones de control de tráfico aéreo, se escucha a un controlador alertando al helicóptero de la proximidad del CRJ, instándole a mantenerse detrás del avión. Sin embargo, el accidente ocurrió apenas 20 segundos después de estas advertencias, sin que fuera posible evitar la colisión.
El accidente se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad aérea en Estados Unidos, donde en los últimos años se han registrado varios incidentes en los que aviones han pasado peligrosamente cerca unos de otros, particularmente en aeropuertos con alto volumen de tráfico, como el Ronald Reagan.
El accidente ha dejado un saldo doloroso no solo en las familias de los fallecidos, sino también en el ámbito deportivo internacional, ya que entre los pasajeros se encontraban los patinadores rusos Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov, excampeones mundiales. Las autoridades rusas también confirmaron que otros ciudadanos de nacionalidad rusa viajaban en el avión.
American Airlines, por su parte, expresó su consternación por la tragedia y afirmó estar colaborando con las investigaciones. En un mensaje grabado, el CEO de la compañía, Robert Isom, se mostró profundamente afectado y comprometido con esclarecer las causas del accidente.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se pronunció sobre el hecho, manifestando su dolor y agradeciendo el trabajo de los primeros respondientes en el lugar de la tragedia. “Que Dios bendiga sus almas”, declaró el mandatario en un comunicado oficial.