ESTADOS UNIDOS, 25 DE MARZO DEL 2025.
Sabrina Carpenter se encuentra en el centro de la polémica debido al carácter abiertamente sexual de sus presentaciones durante la gira Short n’ Sweet. De acuerdo con fuentes cercanas citadas por el Daily Mail, el equipo de la cantante evalúa una posible “intervención de crisis” ante el temor de que su imagen se haya desviado irreversiblemente de sus raíces artísticas.

Desde el inicio de su gira mundial en septiembre de 2024, en Columbus, Ohio, Carpenter ha adoptado un estilo escénico más provocador, lo que ha generado reacciones divididas entre sus seguidores. Durante sus presentaciones, la artista incorpora movimientos sugerentes, simula sexo oral y adopta posturas explícitas frente a sus bailarines masculinos en la interpretación de temas como Juno y Bed Chem. En esta última, canta con doble sentido: “Come right on me, I mean camaraderie”, un juego de palabras sexual que no ha pasado desapercibido.
En su reciente show en París, Carpenter llevó la controversia un paso más allá al recrear la posición sexual conocida como “Eiffel Tower” en plena actuación. Vestida con una minifalda verde, colocó la cabeza en la entrepierna de un bailarín mientras exhibía sus glúteos hacia otro, un gesto que desató una ola de críticas en redes sociales.
El impacto de esta transformación no solo ha afectado la percepción pública, sino que también ha encendido las alarmas entre las marcas que patrocinan a la cantante. Firmas como Marc Jacobs, Prada Beauty y Skims, que previamente apostaron por la imagen juvenil y fresca de Carpenter, ahora evalúan si la controversia podría afectar la asociación con sus valores corporativos.
“Sabrina ya ha ganado millones con sus acuerdos publicitarios, pero existe el temor de que los patrocinadores se retiren y futuros contratos estén en riesgo”, reveló una fuente cercana.
De estrella infantil a ícono pop hipersexualizado
Carpenter, nacida en Quakertown, Pensilvania, saltó a la fama en 2014 con su papel de Maya Hart en la serie de Disney Girl Meets World. Sin embargo, su transición hacia la industria musical la ha llevado por un camino radicalmente distinto. Tras firmar con Island Records en 2021, su álbum «Emails I Can’t Send» (2022) la posicionó como una promesa emergente.
Su participación como telonera de Taylor Swift durante la etapa latinoamericana, australiana y en Singapur de la gira Eras Tour en 2023 catapultó su popularidad. Finalmente, con el lanzamiento de su sexto álbum, Short n’ Sweet, en agosto de 2024, alcanzó el número uno en las listas del Reino Unido y del Billboard 200, consolidando su estatus como figura dominante del pop actual.
Pese a su éxito comercial, la creciente sexualización de su imagen ha encendido las alarmas dentro de su propio equipo. Según fuentes citadas por Daily Mail, algunos colaboradores temen que este enfoque afecte su carrera a largo plazo.
“Si no vuelve a sus raíces como artista, podría despedirse de la longevidad”, advirtió un informante. La misma fuente afirmó que la artista ha permitido que quienes la rodean la “conviertan en lo que ellos quieren que sea”, eclipsando su talento detrás de una fachada hipersexualizada.
El caso de Sabrina Carpenter es un claro ejemplo de la delgada línea entre la reinvención artística y la explotación de la imagen sexual como herramienta de marketing. Si bien la artista ha alcanzado un nivel de popularidad sin precedentes, la controversia ha puesto en jaque su credibilidad ante ciertos sectores del público y de la industria.
A corto plazo, la estrategia podría seguir siendo rentable, pero a largo plazo, el riesgo de alienar a parte de su base de seguidores, así como a las marcas asociadas, podría pasarle factura. Resta por ver si Carpenter ajustará el rumbo o si, como muchos íconos del pop antes que ella, abrazará por completo esta nueva etapa, sin importar las consecuencias.